Tecmerin. Revista de Ensayos Audiovisuales

Nº 12 – 2023 (2)

Poder y Jardines

Nico Carpentier (Institute of Communication Studies and Journalism, Charles University, República Checa)

Cómo citar este artículo: Carpentier, N. (2023). Poder y JardinesTecmerin. Revista de Ensayos Audiovisuales, 12, 2023(2). ISSN: 2659-4269

La primera parte del ensayo audiovisual Poder y Jardines aborda la base teórica utilizada para el análisis discursivo-material de los jardines, haciendo hincapié en la interconexión entre lo discursivo y lo material. Esta parte, en particular, sostiene que el jardín es una materialización de un discurso antropocéntrico.

La segunda parte de Poder y Jardines se enfoca en los mecanismos de domesticación utilizados en los jardines para inclinar las relaciones de poder hacia los humanos, por ejemplo, mediante el uso de la naturaleza como elemento de esculpido.

La tercera parte de Poder y Jardines se aleja de los antiguos jardines reales y muestra cómo los jardines han sido, durante siglos, espacios de lucha social, por ejemplo, entre diferentes clases, y entre la lógica de la privatización y los bienes comunes.

La cuarta y última parte de Poder y Jardines analiza cómo la naturaleza se resiste a los intentos disciplinarios por parte de los humanos, y cómo la naturaleza desarrolla sus propias reglas. Esta última parte del ensayo audiovisual concluye con una reflexión sobre el jardín ideal y la necesidad de desarrollar modelos sinérgicos adicionales (y nuevos) para los jardines que reconsideran las relaciones de poder entre los humanos y la naturaleza de maneras más fundamentales.

Los jardines tienen una larga historia como lugares de recreación y relajación humana, y como símbolos de la civilización. Esto también los convierte en espacios altamente adecuados para reflexionar sobre las relaciones entre humanos y naturaleza, y para realizar un análisis discursivo-material (Carpentier, 2017) sobre cómo los jardines a menudo muestran una ideología antropocéntrica, que se entremezcla con otros discursos, como el capitalismo y el colonialismo.

Este discurso del antropocentrismo se fundamenta en una jerarquía de valores y privilegia a los humanos dado que “solo cuentan los intereses humanos y que el valor solo entra al mundo natural en el momento de su transformación en producto para el consumo humano” (Hay, 2002, p. 33). Durante siglos, este discurso ha sido el principio rector dominante de la civilización y el desarrollo humano. Como Scholte y sus coautores escribieron (2020, p. 10): “De hecho, la hegemonía del antropocentrismo es tan fuerte, quizás aún más poderosa que la del estado o el capitalismo, que la mayoría de las personas ni siquiera son conscientes de esta estructura de orden mundial y no pueden imaginar ningún modo alternativo de ecología”.

Discursivamente, el antropocentrismo da significado a lo que etiquetamos como el entorno y el mundo natural, pero también al mundo social humano y las interacciones entre estos dos ámbitos. Sin embargo, el antropocentrismo no es el único discurso que genera significado sobre las relaciones entre humanos y naturaleza: el ecocentrismo es una fuerza contrahegemónica clave que se enfrenta al antropocentrismo en términos de dominancia discursiva (Lalander y Merimaa, 2018; Carpentier et al., 2021). Estos discursos no están desconectados del mundo material. Por el contrario, están profundamente entrelazados, donde lo material contribuye al desempeño de estos discursos y puede fortalecerlos, sin embargo,  pero lo material también puede desplazarlos (Carpentier, 2017).

Los jardines pueden ser entendidos como ensamblajes discursivo-materiales antropocéntricos donde la naturaleza se utiliza como elemento esculpido, donde se elimina la amenaza de la naturaleza salvaje, donde la naturaleza exótica se convierte en un objeto de exhibición, donde los humanos organizan conmemoraciones y formas de entretenimiento, y donde la vida biótica se crea, incluso, mediante la intervención humana. Sin embargo, la naturaleza tiene la capacidad de resistirse a esta relación opresiva. Lo material, los animales no humanos y otras formas de vida biótica, tienen sus propias capacidades de actuación (Latour, 2005). Las plantas pueden negarse a crecer en los jardines, o su crecimiento incontrolable puede distorsionar las formas geométricas impuestas. Los humanos, en su compromiso con un discurso ecocéntrico, también pueden brindar apoyo a esta resistencia, por ejemplo, a través de la práctica de la jardinería guerrillera (Tracey, 2007; Reynolds, 2008).

Sin embargo, el antropocentrismo sigue siendo una fuerza relevante, también porque se fortalece mediante alianzas discursivas con otros discursos, en particular el capitalismo y el colonialismo. Muchos de los jardines urbanos visitados para este ensayo audiovisual, ubicados en París, Lyon y Praga, especialmente los jardines formales con su orden matemático (Turner, 2005, p. 175), fueron creados por la realeza. En estos casos, el orden hiperestructurado del jardín también significaba y legitimaba la jerarquía política. Más tarde, la aristocracia y luego la burguesía continuaron utilizando los jardines para perpetuar la diferencia y la jerarquía. De manera similar, los elementos coloniales en los jardines urbanos (botánicos), con plantas exóticas ubicadas en invernaderos, significaban el control (europeo) humano sobre los territorios coloniales (no europeos), las personas, la fauna y la flora (Baber, 2016). Pero nuevamente, también aquí podemos ver resistencia por parte del mundo natural, a veces negándose a crecer y, en otros casos, creciendo fuera de control, como sucede con lo que se llama ‘especies invasoras’. También los humanos han contribuido a esta resistencia contra la jerarquización, a través de la reapropiación del jardín por parte de la clase trabajadora (Conan, 1999; Willes, 2014) y mediante la democratización de los espacios urbanos (y de jardines) y los intentos de restaurar los bienes comunes (Standing, 2019; Hayes, 2020), por ejemplo, a través de prácticas relacionadas con la jardinería comunitaria (Bach y McClintock, 2020).

Mientras que la primera parte («Domesticando la naturaleza») del ensayo audiovisual proporciona el respaldo teórico a este análisis discursivo-material, la segunda parte («Formas de domesticar») aborda los mecanismos de domesticación que inclinan las relaciones de poder hacia los humanos. La tercera parte («Jardines y clase») se aleja de los jardines reales y muestra cómo los jardines han sido, durante siglos, lugares de lucha social, por ejemplo, entre diferentes clases y entre la lógica de la privatización y los bienes comunes. La cuarta y última parte («La acción de la naturaleza») analiza cómo la naturaleza se resiste a los intentos de disciplina humanos y puede desarrollar sus propias reglas. Esta última parte del ensayo concluye con una reflexión sobre el jardín ideal y la necesidad de desarrollar modelos sinérgicos adicionales (y nuevos) para los jardines que reconsideran las relaciones de poder entre humanos y naturaleza de manera más fundamental.

Agradecimientos

Este proyecto ha recibido el apoyo de Mistra, the Swedish Foundation for Strategic Environmental Research, a través del programa de investigación Mistra Environmental Communication.

Bibliografía

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  • Tracey, D. (2007). Guerrilla Gardening: A Manifesto. New Society Publishers.
  • Turner, T. (2005). Garden History: Philosophy and Design 2000 BC–2000 AD. Spon Press.
  • Willes, M. (2014). The Gardens of the British Working Class. Yale University Press.

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ISSN: 2659-4269
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