REVISTA DE ENSAYOS AUDIOVISUALES

DESDE EL ARCHIVO

Número 15 – 2025 (1)

Aquella primera gala

Asier Gil Vázquez, Ana Mejón y Rubén Romero Santos

17 de marzo de 1987. Podía parecer un día de primavera de lo más corriente, pues era martes, un día de labor como otro cualquiera. Pero a última hora de la tarde se cortó el tráfico en la Gran Vía de Madrid, en el tramo entre Plaza de España y Callao. Más de uno habría bajado la ventanilla de su coche para preguntar al guardia urbano de turno por qué no podía pasar, que qué ocurría. No era una manifestación, ni un desfile, ni siquiera un rodaje. ¿Cómo habría explicado el policía local que no se podía pasar porque se entregaban los primeros premios Goya? Ni la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, creada unos meses antes, estaba en la cabeza de la mayoría de los españoles ni mucho menos los premios que, a partir de ese día, repartiría cada año.

Pero ahí estaban, en el entonces cine Lope de Vega, en cuya entrada se habían colocado banderas de España y de la Comunidad de Madrid, cámaras de televisión, así como unas vallas para que los curiosos pudieran ver cómo iban llegando las estrellas y grandes figuras del cine español. En este número de Desde el archivo recuperamos algunos fragmentos de esa primera retransmisión, que emitió Televisión Española, para hacerla dialogar con los recuerdos de la directora de producción Sol Carnicero, una de las fundadoras de la Academia, tal y como se recogen en el Cuaderno Tecmerin La armonía y el caos. Apuntes sobre dirección de producción con Sol Carnicero (Mejón y Romero Santos, 2022). 

En esta primera gala, los minutos dedicados a la alfombra roja (que fue de color azul gris) estuvieron precedidos por un vídeo que, desde la atalaya de la contemporaneidad, nos invita a reflexionar sobre la intención primera de la creación de una institución como la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (en adelante, Academia de Cine) y sus premios Goya. Hoy sabemos que, a mediados de los años ochenta, la mirada de los impulsores de la Academia de Cine se dirigía al modelo de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences de Hollywood y los premios Óscar. La cabecera de este vídeo anuncia los “Primeros premios anuales” en un estilo efectista acompañado de la banda sonora de Regreso al futuro (Back to the future, Robert Zemeckis, 1985) que, lejos de rendir homenaje al cine español, trata de conectar con la cultura cinematográfica del blockbuster norteamericano y su masivo público en salas. Sin embargo, de DeLorean no se apean Michael J. Fox ni Christopher Lloyd, sino el director, productor y guionista José María González-Sinde (primer presidente de la Academia) y la actriz Fiorella Faltoyano, encargados de explicar a los telespectadores en qué consistía la Academia de Cine, los motivos de su creación y su proyección futura.

Fuente: Youtube Premios Goya

“Los cineastas españoles, los hombres y mujeres que hacemos las películas hemos querido crear una asociación que fomente, difunda y proteja este arte”, comenta González-Sinde en el fragmento. Un recuerdo más doméstico sobre los primeros pasos del proyecto apunta hacia el impulso que dieron un grupo de profesionales, entre los que destaca el productor Alfredo Matas: 

“[Alfredo Matas] Me pidió organizar una cena con profesionales de cada especialidad para ver qué se nos ocurría. Llamamos a Luis García Berlanga y Carlos Saura por dirección; José Sacristán y Charo López por actores; Pablo González del Amo y José Luis Matesanz por montaje; Manolo Matji como guionista; José Nieto por composición musical; Carlos Suárez por dirección de fotografía; Ramiro Gómez por escenografía; y, por dirección de producción, estábamos Tedy [Villalba] y yo [Sol Carnicero]. Lo que hicimos fue partir de las bases de la Academia de Hollywood para poder crearla con un funcionamiento lo más parecido posible” (Mejón y Romero Santos, 2022, p.106)

Más allá de esa primera cena, el siguiente paso fue ir creciendo. De hecho, el citado discurso inaugural González-Sinde hace alusión a los miembros cuando señala que “sí son todos los que están, pero todavía no están todos los que son” y que “casi la mitad de los 41 nominados de esta noche no son miembros de la Academia”. Sol Carnicero recuerda coger los listines de profesionales del Cineguía y hacer llamadas: “algunos dijeron que era una tontería. José Luis Garci me echó una bronca espantosa porque aseguraba que esa idea se le había ocurrido a él antes” (Mejón y Romero Santos, 2022, p.108). Algo similar ocurrió con un veterano como Juan Antonio Bardem, tal y como recuerda su hijo Rafael: “Al principio él se resistió y no participó en la fundación”, a lo que su hijo Miguel añade que “él consideraba que no era bueno hacer una academia sin ningún objetivo político” (Gil Vázquez y Cemillán Casis, 2022, pp. 91-92). No obstante, tanto Garci como Bardem entregaron sendos premios aquella noche de marzo de 1987. 

Este escepticismo ante los Goya queda de manifiesto en la cantidad de nominados que no acudieron a la ceremonia, como Fernando Fernán Gómez, que recibió el premio a mejor actor protagonista y mejor dirección. De hecho, en siete de las quince categorías el galardonado estaba ausente. No obstante, llama la atención la mezcolanza de personas que desfilaron por las escaleras del teatro, desde cargos institucionales (el alcalde de Madrid Juan Barranco, el ministro de cultura Javier Solana), representantes políticos (Manuel Fraga Iribarne y José María Álvarez del Manzano), el presidente del Real Madrid (Ramón Mendoza), músicos (Sergio y Estíbaliz, Alaska, Carlos Berlanga), periodistas (Alfredo Amestoy, Luis Carandell, María Escario), socialités de la jet set marbellí (Gunilla von Bismarck y Luis Ortiz) o escritores (Francisco Umbral). A su vez, se dio una mezcla de generaciones del cine español, con presencias de estrellas de tiempos anteriores, como Rocío Dúrcal, Sara Montiel o Marujita Díaz, que nunca llegaron a estar nominadas ni recibieron un Goya Honorífico. Esta búsqueda de establecer un diálogo entre el pasado y el presente del cine español queda patente en varias de las duplas y tríos que se conformaron para entregar premios, como las actrices Emma Penella y Ana Belén; los directores Vicente Escrivá, Jaime de Armiñán y Fernando Trueba; o los actores-directores José Luis Gómez y Ana Mariscal.

Fuente: Youtube Premios Goya

Gran parte de los asistentes se congregaron antes de la entrega para una recepción que se brindó a los reyes Juan Carlos I y Sofía. En este acto, González-Sinde entrega el primer Goya de la historia a los monarcas y así muestra ante las cámaras el galardón, que guarda algunas diferencias con el que hoy se entrega. Así lo recuerda Sol Carnicero: 

 “Tedy [Villalba] propuso a [Miguel] Berrocal hacer una figura para el premio. Pero resulta que Berrocal decía que no sabía cómo plasmar a Goya. Así que Tedy fue a una tienda de escayolas en la calle León y compró una que es el modelo de la estatua. Era un modelo de Benlliure, y Berrocal lo copió tal cual. Para ponerle algo suyo le puso un mecanismo que salía de la cabeza. Se lo llevó a su fundición de Verona, y, durante el rodaje en Barcelona de Barrios altos (José Luis García Berlanga, 1987), nos avisó que tenía el prototipo. Yo viajaba en avión, y tuve que llevar aquel monstruo por el aeropuerto: me empezaron a pitar todas las alarmas y me pararon los guardias. El primer ciudadano de a pie que vio un Goya en España fui yo, y el segundo, un guardia civil del aeropuerto […] Pesaba un huevo. Pero tenía gracia, es una ‘frikada’ total porque estaba mecanizado y le salía de la cabeza un proyector de cine, pero con forma de España” (Mejón y Romero Santos, 2022, p.107)

Desde ese año 1987 el enclave de los Goya ha ido cambiando, tanto dentro de Madrid como a lo largo de la geografía española. El número de categorías casi se ha duplicado, pasando de las 15 originales a las 24 actuales. Ya ningún presidente explica a cámara en qué consiste la Academia, ni el presentador se pasa toda la gala de pie a un lado del escenario (como aguantó Fernando Rey), los discursos no son tan escuetos y de la cabeza de Goya no sale ningún mecanismo articulado. Además de las miradas al pasado que se han mantenido (como el premio honorífico o el “in memoriam”) en esa primera edición de 1987 se marcó un precedente que no cambiaría: Fernando Fernán Gómez y Verónica Forqué (dos de los ganadores ausentes de esa primera edición) recibirían tres Goyas más, cada uno, en años posteriores, pero nunca llegaron a subir al escenario para recogerlos. 

Ver los extractos de la primera edición de los Premios Goya de la Academia de las Artes y las Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas: 

Fuente: Youtube Premios Goya

Bibliografía

Gil Vázquez, Asier y Cemillán Casis, Luis (2022). El legado de un cineasta. Conversaciones con los hijos de Juan Antonio Bardem. Cuadernos Tecmerin nº 19, Instituto Universitario del Cine Español / Grupo de Investigación Tecmerin.

Mejón, Ana y Romero Santos, Rubén (2022). La armonía y el caos. Apuntes sobre dirección de producción con Sol Carnicero. Cuadernos Tecmerin nº 20, Instituto Universitario del Cine Español / Grupo de Investigación Tecmerin.

Notas

Esta publicación es parte del proyecto de I+D+i «Cine y televisión en España en la era digital (2008-2022): nuevos agentes y espacios de intercambio en el panorama audiovisual», financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/“FEDER Una manera de hacer Europa”.

 

Tecmerin. Revista de Ensayos Audiovisuales
ISSN: 2659-4269
© Grupo de Investigación Tecmerin
Universidad Carlos III de Madrid